Friday, September 21, 2012

Día 8.3: EMPIEZA EL TREKKING

Empezamos a caminar, detrás de Edu. Jhonson ya se fué mas deprisa que nosotros y desapareció entre la maleza. Edu nos pide que paremos y nos acerquemos a un árbol. Nos enseña un líquido blanco y nos explica que eso és látex con lo que se hacen los condones y que hace falta mucha cantidad de ese líquido para hacer un condón. Que cosas se aprenden en la naturaleza. De animales no aprendí mucho, pero de condones....modo experto.

Seguimos caminando y nos encontramos con los otros grupos. Uno formado por 4 chicos ( 2 holandeses, 1 Londinense que se llamaba Henry y 1 americano que por supuesto se llamaba Jhon ). Este grupo había contratado el trekking de 1 día con vuelta al poblado a la mañana siguiente haciendo rafting por el río. 1 chica alemana que se llamaba Silvia que quería hacer 2 días y un matrimonio ya mayor que lo que quería era ver orangutans libres y volverse para la hora del té.

Nos pusimos en marcha todos juntos. Todo el mundo en silencio, intenando escuchar algo que indique donde podrían haber orangutanes, todos....menos los dos holandeses que iban hablando de fiestas y tías. Ya os dije que hay mucho imbécil.

Al rato de caminar, la mujer mayor estaba que no podía más, así que para que no retrasara al grupo decidimos matarla, a nosotros nos pareció bién, al marido...de puta madre.

Es broma, no la matamos....pero lo pensamos. Se pasó 40 minutos diciendo: - Ay! Dios mío...no puedo más...podemos volver?.

El marido se hacía el sordo pero seguro que penaba: -Señora...váyase usted a la mierda.
El marido o yo...no me acuerdo ahora.

Bueno después de un rato de caminar, uno de los guías nos dió el alto y nos quedamos mirando a las copas de los árboles. Entre las ramas, en las alturas, se distinguía el pelo naranja de un orangután mediano. Todos nos quedamos mirando y al momento en unos árboles cercanos divisamos dos crías y sus dos madres. Ellos actuaban como si no estuviéramos, hasta que, el mediano nos vió, bajó del árbol a la velocidad del rayo y empezó a correr detrás nuestro. El guía nos grito que nos fueramos corriendo, que no le dejáramos acercarse. Así que todos corriendo colina abajo a empujones. Cuando paramos y nos dimos la vuelta, el pelirrojo ya no estaba.

Seguimos caminando. El grupo, excitado por lo que había pasado empezó a hablar a voces sobre los hechos: -Has visto eso?? venia a por nosotros??
             - Sí, lo he visto....yo también estaba, sabes?

Edu se había quedado atrás descansando ( la edad no perdona ). Así que Diego y yo decidimos seguir a Jhonson que ya se ponía en marcha otra vez. El ritmo que llevaba este chico era imposible...se metía entre los árboles, escalaba rocas, subía colinas....como el que pasea por su barrio. Sudamos como nunca para estar a una distancia suficiente para no perderlo. Al llegar a la cima de la primera colina yo me tuve que sentar porque no tenía mas fuerza, las piernas me iban a explotar.

Esperamos al grupo aquí y luego bajamos todos juntos por una ladera muy empinada llena de barro y hojas secas donde todos se cayeron sin excepción, incluidos los guías.


Una vez abajo encontramos un riachuelo donde nos limpiamos el barro, y el sudor, y los guías sacaron arroz frito de las mochilas y algo de fruta y almorzamos ahí para coger fuerzas para la tarde.



No comments:

Post a Comment