a las 6:30 de la mañana se presentó Jhonson, un chico bajito, con el pelo rizado de piel oscura y 25 años aunque aprentaba....14, así son los asiáticos, siempre aperentan menos edad de la que tienen. El caso es que nos pidió que lo siguiéramos, y así lo hicimos. Nos despedimos de nuestros amigos del hotel y nos encaminamos hacia el poblado. Al dar unos cuantos pasos me giré y la volví a ver en el mismo sitio donde la ví el dia anterior. Era la misma chica, mirando con cara de confusión como si pensara que nos íbamos para siempre y le quedara algo por decir. En fin...cuando volvimos de la excursión me lo dijo, ya lo vereis.
Mientras caminábamos rumbo a la entrada del pueblo, Jhonson nos iba contando que el esperaba ser la siguiente generación de guías. Siempre acompañaba a Edu uno de los veteranos y nuestro principal guía, quien le transmitía todos los conocimientos sobre la selva, flora,fauna, supervivencia en una relación parecida a una especie de Jedi de la jungla. El trabajo de aprendiz no era tan sencillo. Como en muchos otros trabajos, el apreniz tiene que hacer el trabajo sucio, que, en este caso se trataba d ir abriendo camino cortando plantas, llevandose las telas de araña, pinchándose, etc, además de ir mas deprisa que el grupo ara avisar de las rutas cortadas y accesibles.
Caminamos hasta el primer puente colgante que hay en el pueblo y lo cruzamos, dejando bajo nosotros el río Bohorok mientras las mujeres mas madrugadoras ya estaban lavando ropa o recogiendo agua para cocinar el desayuno. Y algunos padres aprovechaban para darle un baño a los chiquillos.
Pasamos por el hotel ECO LODGE y nos adentramos poco a poco en la maleza por un camino entre el bambú mas alto que habia visto hasta la fecha. El ruido del río se iba desvanciendo con cada paso y las plantas y árboles se iban convirtiendo en un espeso mural verde devorando a cada poco a poco un pedacito del camino hasta llegar a un lugar donde dos postes de piedra clavados 2 metros bajo el suelo anunciaba el comienzo de la zona protegida. Aquí nos encontramos con Edu. Quien lo primero que nos explicó era que esos postes los clavaban profundamene porqué los cazadores furtivos y los dueños de plantaciones solían mover los límites del area protegida para así ganar más terreno.
En fin, después de las presentaciones nos preguntó si nos importaba pasar el primer día con otros grupos ya que ibamos a la misma zona a ver orangutanes. Le dijimos que si era sólo un día, no importaba. Tened cuidado con esto y dejádselo claro al guía desde el principio si no quereis uniros a otros grupos. No es que sea un anti social ni nada de eso. Pero las oportunidades de ver animales y de estar tranquilos disminuyen con cada persona que se una, y mas si no los conoces. Lo mismo te toca un imbécil, hay muchos.
Empezamos la caminata que duraría 9 horas.
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